lunes, marzo 24, 2008



Estos días de Semana Santa nos hemos ido a conocer una zona de Venezuela totalmente diferente para nosotros y que por aquí es muy nombrada. Tienen fama su gente los llaneros, su música (joropo, pasaje...), la carne en vara y sus paisajes típicos de sabana.

Hay unas fincas dedicadas al ecoturismo y nuestra primera intención fue ir a una de ellas, pero cuando lo intentamos todo estaba ocupado así que nos buscamos una posada cerca de Barinas que aunque también era una finca grande con todo tipo de animales, aquí se dedicaban más a la fiesta y la parranda (como dicen por allí "soy llanero parrandero"). Menos mal que yo hablé antes con la propietaria y nos organizó varias excursiones por la zona una de ellas a una de esas fincas o hatos en la que vimos bichos de todo tipo.

Por si a alguno os apetece curiosear el hato en donde estuvimos tiene una página web bonita en la que se pueden ver un montón de animalillos y cosas de por allá. http://www.hatocristero.net/


La posada en la que estuvimos estaba llena de mangos que en cualquier momento te caían de los árboles. Aunque así, a simple vista son muy bonitos e inocentes, tienen su peligro pues si estás pendiente de que no te caigan y caminas mirando para arriba, puede suceder que pises uno de los blanditos que están por el suelo y te pegues un resbalón de cuidado.

Posted by Picasa
Atardeceres espectaculares y noches de luna llena, o sea que la naturaleza nos ha acompañado con sus mejores galas.






Las fotos, como es lógico, desmerecen bastante la realidad, pero ya se sabe que una intenta llevarse consigo esos colores para luego recordarlos en momentos de hastío.
Posted by Picasa
En la posada había muchos animales domésticos pues era una finca bastante grande. Caballos acompañados de iguanas (trepando por el árbol), vacas alrededor de la piscina y vacas en el establo por la mañana esperando al ordeño.



El problema es que ahora están en pleno verano y la sequía es grande y claro, las vacas no tienen pasto y están así de delgaditas. Supongo que algo tendrá que ver con el famoso refrán de "ya vendrán las vacas gordas".
Posted by Picasa
Además de un montón de animales exóticos que os enseño más adelante, vimos todo lo más típico de la zona: el araguaney en flor que es el árbol nacional de Venezuela, una cena en un restaurante llanero con actuación en vivo y a todo volumen, la famosa carne en vara y Ramón con uno de estos cantantes locales que abundan tanto.


Posted by Picasa

Aquí las garzas y los ibis o corocoros que tienen un color naranja espectacular.
Posted by Picasa
Como siempre, me he equivocado en el orden de las fotos y las que vienen a continuación de éstas deberían estar en este lugar, pero bueno, sabiéndolo no tenéis más que verlas en ése orden.


La primera foto es de los tres machos enrollados y las siguientes es de la anaconda hembra cuando ya la habían sacado del agua.

Al final, la dejan que vuelva a su sitio y siga a lo suyo.
Posted by Picasa
Lo más emocionante fue encontrar a las anacondas. Este chico de la foto es un biólogo que trabaja en el hato como guía y tiene auténtica obsesión por las anacondas, las sigue, las controla y conoce toda su vida. Claro que eso no significa que las encuentre siempre pues se mueven por el fango y se esconden bien.



Nosotros tuvimos la suerte de que ése día encontró a una enorme (5 mts. y medio) que estaba apareándose, los tres machos que están hechos un ovillo parece ser que pelean hasta conseguir su objetivo. Curiosamente los machos tienen un tamaño muchísimo menor que las hembras.

El guía, ayudado de otros chicos consiguieron sacarla del agua para que pudiéramos verla de cerca. Uno la agarra de la cabeza y otros de la cola pues el único peligro que tiene es que te enrrolle y te aprisione, con su enorme musculatura te asfixia.
Posted by Picasa
Eata es una cría de lechuza que vive en un hoyo y es muy cachonda porque cuando asoma y te mira parece que esté jugando al escondite.

Estos son chigüires (carpinchos también los llaman) que es el roedor más grande del mundo y que por estas tierras se los comen cocinados de distintas formas.
Los morrocoyes, que en algunas zonas también se come (pastel de morrocoy) según nos ha contado el guía de este sitio que era de Guayana.
Posted by Picasa

martes, marzo 18, 2008

Como se acaba mi estancia en Caracas, me he animado a contar aquí algunas cosillas que la han hecho especial o por lo menos diferente a las anteriores.
Después de cuatro años viniendo, y con estancias más o menos prolongadas (dos meses de media), esta ciudad, o más bien la forma de movernos por ella, empezaba a ser algo repetitiva. Hay que decir a nuestro favor (de Ramón y mío), que existe poquísima información de lugares curiosos, de actividades culturales, de restaurantes peculiares, etc. También se habla mucho de la inseguridad y eso, a veces, coarta un poco a la hora de lanzarse a conocer espacios nuevos.
Pero a lo que iba, esta vez ha sido diferente y creo que gracias a dos hechos casuales: uno, el contacto más próximo (pues Ramón le conocía desde el principio) con Iñaki, un paisano que lleva mucho tiempo viviendo en Caracas y que, como buen vasco, le gusta comer y beber bien. Él y su pareja, venezolana de pura cepa, se han convertido en un punto de información excelente (y que esto se entienda en el sentido más cariñoso).
Con ellos, y gracias a ellos, fuimos al único concierto de salsa (al estilo clásico, tipo Celia Cruz) que yo he visto en mi vida. Fue en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela que tiene un auditorio realmente espectacular, es famoso pues del techo y las paredes cuelgan las Nubes Acústicas de Alexander Calder (escultor americano famoso por sus móviles del que hay algunas muestras en la Fundación Miró de Barcelona) las cuales cumplen, como es obvio, con la función de proporcionar una acústica excelente. El concierto fue muy divertido pues a pesar de que estaba prohibido (¡qué absurdo estando en Caracas!) la gente bailó y cantó todo lo que quiso con Willie Colón, un clásico de la salsa muy conocido por estos lares pero que yo, un poco novata en este palo, no tenía el gusto de conocer.










Posted by Picasa
Ése día nos contaron historias y anécdotas de la Universidad (se consigue cualquier programa informático por el módico precio de 1€) y también de lo agradable que es pasear por allí los fines de semana. Así que el sábado siguiente allí nos fuimos. Es un paseo muy entretenido pues además de las estatuas y murales repartidos por el campus, encontramos cosas muy curiosas como esta gente que da clases de la manera en que se ve en la foto, clases de contabilidad, de inglés, de química…Todavía no sabemos si son voluntarios, profes en práctica, o qué, habrá que informarse.






Posted by Picasa



La UCV además, tiene la ventaja de estar muy cerca de la Plaza de Venezuela (la foto de las torres con publicidad), o sea del centro de Caracas. Y allí, ese mismo día, sucedió el segundo hecho que, como comenté al principio, ha sido el causante de estas nuevas experiencias en esta ciudad. Desde la Plaza de Venezuela nos fuimos, con intención de comer unas buenas tapas, al barrio de La Candelaria, concretamente al Guernica que ya conocíamos.
En La Candelaria hay muchísimos bares/restaurantes españoles en los cuales se cultiva la tradición de la barra y allí, en la barra del Guernica, había una tertulia de señores con los que codo a codo compartimos opiniones acerca de los callos (excelentes, por cierto) que nosotros y ellos comíamos. Resultó que esta panda de venezolanos, con mayor o menor descendencia española, editan una revista que se llama Código de barra y claro, como no podía ser de otra manera, a la barra se dedican en sus ratos libres. (edición digital: http://www.codigodebarra-revista.blogspot.com). Nos regalaron el último número publicado y la verdad es que ha sido una auténtica guía gastronómica desde ése día, no sólo a la hora de comer, sino también cuando hemos querido conocer buenas barras para tomar una caña (eso que echamos tanto de menos en el extranjero) o para tomar un traguito como dicen aquí.

Posted by Picasa
Bueno, hasta aquí he llegado con estas batallitas caraqueñas ¡Ah! Para que no penséis que esta estancia ha sido “purito bar” os muestro una foto de mis paseos por el Parque de Este (esto lo hago desde que vine la primera vez, pues es muy bonito) en el que ahora florece espectacular el araguaney, el árbol emblemático de Venezuela.



Mañana nos vamos para Los Llanos, tierra de chigûires, caimanes, garzas y por cierto, también la tierra del Sr.Chávez.
Posted by Picasa