Hoy ya en Madrid pensando en el cambio tan grande de imágenes al despertar: aquí lluvia, viento y tejados, en Málaga sol, mar y barcos. C’est la vie! que dirían los franceses.
Me consuela un poco el hecho de que ayer en Málaga lloviera también a mantas y que, de haber estado allí, no habría salido de casa, ya lo dice el refrán: El que no se consuela es porque no quiere.
He pasado un mes fantástico disfrutando de todo lo que esta ciudad ofrece y en la mejor de las compañías (hermanos, sobrinos y amigos), además la casa que alquilé tenía unas vistas al mar impresionantes, sólo eso ya te animaba el día y te recargaba las pilas. Pero bueno, como han sido muchas las experiencias voy a hacer una especie de inventario para mi recuerdo y para todo el que quiera aprovecharlo.
Llegué con Ramón el viernes día 2 por la tarde y decidimos pasear un poco por la zona (La Malagueta) para situarnos y cenar algo.
Como había llamado a Ana (amiga que vive allí) le pregunté por algún bar interesante y me recomendó el Refectorium y el Ménsula. Fuimos a los dos en ese mismo orden y el ganador fue el primero por goleada, quizás, si hubiéramos cambiado el orden de la visita el contraste no hubiera sido tan grande pero claro, la ensaladilla y el flamenquín del Refectorium son difíciles de superar.
Este establecimiento va a dar que hablar en este relato así que de momento os dejo el link para que los interesados se informen de los detalles.
http://elrefectorium.net/novedades/fans-ensaladilla-rusa-el-refectorium
El sábado visitamos el Museo Picasso e hicimos un recorrido por las calles del centro antiguo. Este museo a mí me encanta, no sólo por los cuadros que exhibe sino porque el tipo de exposición es muy temática de la personalidad del pintor, además, el precio de la entrada incluye la audioguía con textos interesantes. Lo recomiendo sin duda.
A la hora de comer habíamos quedado con Ana y nos llevó a tomar la caña previa a la terraza del Balneario del Carmen que es un sitio muy bonito aunque está un poquito deteriorado y el servicio no es muy bueno. Tiene un enclave peculiar y mucha historia detrás, actualmente creo que está en una especie de limbo político-presupuestario-arquitectónico. Os dejo el link de la wikipedia para que os entretengáis un poco https://es.wikipedia.org/wiki/Ba%C3%B1os_del_Carmen
La comida fue en El Caleño, en la zona de Pedregalejo, uno de tantos restaurancitos pegados al mar que hay en toda la costa este de Málaga, digo uno de tantos pero a mí es el que más me ha gustado. La fritura de mar y monte (con verduritas, gambas y trocitos de rosada), las coquinas, el calamar a la brasa y el helado de turrón están buenísimos. Este fin de semana vinieron Luisi y Juan pero he vuelto varias veces. Un ejemplo de lo que puedes comer en estos restaurantes/chiringuitos son las coquinas y los salmonetes fritos.
La copita en La Chancla, unos metros más allá (caminando por la costa en dirección este). Yo no tomo café pero este sitio lo recomiendo a todos los cafeteros porque tuestan allí mismo café de distintos lugares del mundo. Es también hotel y está decorado precioso, creo que puede ser un alojamiento estupendo si vais a Málaga en plan playero. Echad un vistazo a la web y veréis las vistas de las habitaciones. Un detalle gracioso: en este bar te ponen en la copa una lagrimita de hielo seco y de repente empieza a salir humo del gin-tonic.
http://www.lachanclahotel.com/hotel-overview.html
Uno de las excursiones que tenía prevista para esta estancia malagueña era al Torcal de Antequera, un paraje natural a unos kilómetros de este pueblo tan bonito. Por eso reservé previamente una excursión guiada para el primer domingo.
¡Impresionante! cuando llegas al Centro de Visitantes ya te quedas alucinado de las formas y figuras tan extrañas que hacen todas las piedras que te rodean, los expertos lo llaman paisaje kárstico ( kárstico, ca.(Del ingl. karstic, y este der. del al. Karst 'Kras', región de Eslovenia constituida por mesetas calizas).1. adj. Dicho de una formación caliza: Producida por la acción erosiva o disolvente del agua.) yo lo llamaría marciano. Muy bonito.
Hicimos la ruta de los ammonites con una guía muy simpática e instruida que nos fue contando muchísimas curiosidades del lugar como el hecho de que la mayoría de los ammonites han sido extraídos y lo que quedan son las huellas. Contaba que no hay en Antequera casa en la que no tengan un ammonite, era como el souvenir de la zona hasta que se declaró zona protegida (1978).
Otra cosa que me hizo muchísima gracia fue la cantidad de boñigas de vacas, cabras y ovejas que te encuentras por todos lados, de hecho los nombres que se le han dado a muchas de las formaciones rocosas (el pulgar, el camello, el robot, etc.) se las han dado los pastores como puntos de referencia ya que es muy fácil perderse por la niebla frecuente y porque todo el paisaje es “aparentemente” igual. Lo que yo me pregunto ¿cómo un vaca puede moverse por esas rocas tan complicadas y a veces con pasillos estrechos? la cabra perfecto, la oveja bueeeno, pero lo de la vaca es un misterio. Y es que en medio de tanta roca caliza hay pequeños valles comunicados por callejones en los que el verde prolifera.
En fin, que es un sitio precioso y absolutamente original que no debéis perderos.
http://torcaldeantequera.com/es/acerca.html
El remate de esta excursión es la comida en el restaurante Arte de cozina, una sorpresa gastronómica en todos los sentidos: la calidad, la amabilidad, la variedad y originalidad de los platos y el precio. Hasta en su página web se nota el cariño y la profesionalidad que le ponen al negocio. http://artedecozina.com/ Unas fotos de las tapitas.
Lunes, vuelta otra vez al centro histórico de Málaga con tapeo en El Pimpi un restaurante-bodega grandísimo y visita obligada para el famoseo. Es un local con diferentes estancias distribuidas por lo que fueron las caballerizas del Palacio de Buenavista (sede actual del Museo Picasso) que luego se convirtió en sala de fiestas en la que actuaron muchas figuras del flamenco. Las paredes están llenas de fotos de todo el artisteo nacional con las que te entretienes un rato.
http://www.elpimpi.com/conocenos/el-pimpi/
Al lado del Pimpi están la Alcazaba y el teatro romano, en pleno centro neurálgico de Málaga. El teatro está totalmente abierto y a la vista de cualquier viandante pero a la Alcazaba hay que acceder por un punto de acceso y pagar la entrada correspondiente, merece la pena pues es una especie de Alhambra en pequeñito, o esa sensación tuve yo. Diferentes recintos y jardines que van ascendiendo hasta llegar al castillo de Gibralfaro (aunque para subir al castillo hay que pagar otra entrada y acceder por otro sitio).
El paseo de vuelta a la Malagueta es de lo más agradable si lo haces por el Paseo de la Alameda o Paseo del Parque. Un jardín tropical que separa la ciudad del puerto y que tiene una vegetación llamativa y digna de ver, la pena es que la información de las diferentes especies de árboles sea escasa y se limite casi a las palmeras, no importa, la sensación de frescor no te la quita nadie.
En paralelo al Paseo de la Alameda transcurren parte de las instalaciones que se construyeron con el famoso Muelle Uno centro comercial, en realidad es el muelle 2 en donde atracan cruceros turísticos y que está a un paso del centro de Málaga. Hay en él un palmeral que le llaman (no sé por qué) el Palmeral de las Sorpresas, también un Aula Marina y varios restaurantes, una “linda” zona nueva de recreo que diría un argentino.
Llegamos al Centro Pompidou que lo encuentras bajo un cubo grande de colores en el vértice entre los muelles 1 y 2. Iba con una sensación previa que se confirmó y es la de que en muchos de estos museos contemporáneos el continente es más llamativo que el contenido, pero bueno, hay algunas obras curiosas que, en una estancia prolongada como ha sido la mía, merecen la pena dedicarles un rato.
Habíamos quedado para tomar el aperitivo en el Gorki, uno de los múltiples y variados locales que hay en todo ese centro comercial que es Muelle Uno, no puedo opinar de él porque sólo nos tomamos una cerveza con las correspondientes aceitunas (en Málaga sólo te ponen eso de tapa). Para comer nos dirigimos a la playa que es mucho más agradable para mi gusto, en cualquiera de los chiriguitos-restaurantes que hay frente al mar se come muy bien (supongo que sin salirte de los pescados y ensaladas), a un precio razonable y con unas vistas fantásticas. Imagino que todo este ambiente paradisiaco que pinto se transformará en algo mucho más bullanguero y cutre en los meses de julio y agosto.
De estos que yo llamo chiriguitos-restaurantes (porque la decoración y servicio son mucho más esmerados de lo que entendemos por chiringuito) he probado tres: Tropicana, La Caleta y Picasso y del que tengo una sensación mejor es de La Caleta. No obstante creo que son muy parecidos en cuanto a la carta y el tipo de establecimiento. Para que os hagáis una idea de estos locales os dejo una foto del Picasso.
Martes excursión a Ronda y comida en Marbella con nuestra amiga toledana Eva.
El viaje es larguito (más de una hora) y tranquilo bordeando la Sierra de las Nieves, pero muy agradable y Ronda especial. Es especial e impresionante el tajo, son especiales sus callejuelas y casas señoriales pero lo que más llama la atención es el clima pues mientras que en Marbella y Málaga luce un sol espléndido, en Ronda llueve, llueve y llueve como dice la canción. Ejemplo: Madrid tiene una media anual de precipitaciones inferior a los 400 mm/año y Ronda superior a los 1000 mm/año. En la zona del municipio más pegado a Grazalema, o sea, al oeste esta media llega a los 1700 mm/año. Prueba de ello es que venden paraguas y ponchitos de plástico en casi todas las tiendas. Todo esto es para justificar la pinta que tenemos en las fotos.
Después de doscientas curvas llegamos a Marbella al mediodía, todo muy “mono”, florecitas en los balcones, muchas tiendas (algunas carísimas) y mucho bar nuevo de tapeo en la zona más cercana a la playa. Para mí es todo demasiado turístico, pero bueno, es mi opinión particular. Comimos en plan de raciones cuando llegó Eva y para la copa nos fuimos a la playa de Las Chapas donde ella vive, al chiringuito de toda la vida Hipopotamo Beach. Tranquilo y a pie de playa.
La última semana del mes volví a Marbella a comer y esta vez nos quedamos en Las Chapas, hacía un día espléndido y encargamos una paella en otro chiringuito histórico de esta playa que se llama Copacabana. No es porque los dueños sean toledanos y esté “haciendo patria”, es que hacen unas paellas variadas muy ricas e incluso individuales. El entorno típicamente playero y en buena compañía nos proporcionó una comida de lo más agradable. Os lo recomiendo si vais fuera de temporada.
Amigos de la zona nos sugirieron otra escapada por los alrededores a un pueblo que se llama Frigiliana y está en dirección hacia Granada. Es un pueblito de casas blancas (alrededor de 3.000 habitantes) con mucha historia que podéis leer en cualquier sitio y de la cual hay bastantes restos arqueológicos, un barrio mudéjar y un enclave sobre la ladera del monte que le da unas vistas al mar muy bonitas.
Para no perder mi línea curiosa os contaré que llegamos un día de mercadillo y me llamó la atención que muchos de los paisanos que andaban por allí tomándose el café hablaban inglés o alemán. Cuando digo paisano supongo que entendéis al típico señor/señora de campo con piel curtida, ropa más o menos descuidada y semblante tranquilo. Pues bien, he investigado y es que casi una tercera parte de los habitantes de este municipio son extranjeros. De los 260 alumnos del colegio público, el 25% son hijos de extranjeros y, más curioso todavía, la mayoría son británicos y alemanes. Si a esto le añadimos que en la zona el principal cultivo es el del aguacate (tropical) pues más raro todavía ¿No os parece?
¡Lo que se aprende viajando!
Volviendo paramos en Nerja que está muy cerquita, la primera intención era comer allí y conocerlo un poco pero la verdad es que nos espantó el ambiente, estaba en fiestas y lleno de turistas y excursionistas de todas las edades y condiciones, así que nos asomamos al Balcón de Europa (no sé por qué lo llaman así), nos tomamos un vinito oteando el panorama y en vista de que no había nada apetecible nos volvimos a Málaga. Nos venía muy bien pues desde esta dirección se entra por el Palo y allí hay montones de restaurantes. En tripadvisor encontramos uno que parecía atractivo, El Cobertizo, no está en la zona de la playa pero los comentarios eran muy provocadores. Y acertaron, nos atendió un señor muy amable y entendido que nos recomendó un pescado que lo llaman “mero blanco de Conil” , nos lo trajo a la mesa para que lo viéramos al natural y claro, nos convenció. La ventresca de este pez (fuera el que fuera) estaba buenísima. Yo con esto de los nombres y especies de pescado me lío muchísimo pero esto me pareció un pez espada mucho más jugoso. El caso es que esto más un plato de mejillones pequeñitos y una botella fresquita de Rueda nos costó 52€, muy buena relación calidad-precio.
Para mi disgusto he de decir que volvimos a este restaurante un sábado con Luisi, Juan y Ana y el servicio fue muy lento y la calidad (pedimos cosas más normalitas) normal. Tengo la sensación de que racanean en personal.
Copita en la playa de El Palo.
Volviendo al tema cultural (“no sólo de pan vive el hombre”) la oferta de museos en Málaga es impresionante, pero en pinacotecas es una de las ciudades europeas con mayor concentración de centros de arte relevantes por número de habitantes. Precisamente es la pintura lo que a mí más me atrae de los museos y por eso me he visto casi todos.
Del Picasso ya he hablado, la Casa Natal de Picasso es un sólo una curiosidad más para los amantes de este genio, el Carmen Thyssen está en un palacio precioso en medio del casco antiguo. He de reconocer que la colección permanente la vi por encima porque, sin menospreciar en absoluto la relevancia que tiene, predomina el estilo costumbrista español del siglo XIX que a mí no me encanta, sin embargo había una exposición temporal que me interesaba mucho, se llamaba “Carteles de artista”, carteles publicitarios hechos por grandes artistas como Toulouse-Lautrec, Dalí, Picasso, Matisse o Miró. Bonita y curiosa.
La colección del Museo ruso de San Petersburgo es preciosa, pero hay que tener en cuenta que este museo cambia una vez al año (más o menos) lo que entendemos por colección permanente, tiene además exposiciones temporales.
Yo he visto los que más me apetecían, lógicamente, pero hay uno en el que no tenía mucho interés y que vi por casualidad, que sin embargo me ha encantado, el del automóvil. Está en la antigua Real Fábrica de Tabacos de Málaga, al lado del de San Petersburgo. Se pueden ver conjuntamente una colección de coches y otra de moda y sombreros, una combinación muy curiosa pues son obras de arte que convivieron en la época. Si queréis divertiros un rato viendo objetos bonitos y glamourosos este sitio es ideal.
Precisamente a este museo fueron los niños (sobrinos-nietos Ramón y Manuel) el fin de semana que vinieron, vale para todos los públicos.
Al principio ya comenté que he tenido mucha suerte con el tiempo pues ha sido fantástico con excepción de algún rato de lluvia, esto ha favorecido muchísimo el disfrute mío y el de todos los que me han acompañado. Pepe y Mitzi se bañaron, todos hemos paseado, tomado el sol y comido en la playa, pero los niños encontraron una diversión nueva para ellos, se trata de unas tirolinas que hay en la playa muy sencillitas pero divertidas. Esta es la prueba.
Bueno, me quedan dos puntos interesantes en los que quiero hacer hincapié, uno es el restaurante Refrectorio al que he ido con todos las visitas y con éxito, tanto el tapeo que ya comenté, la ensaladilla, el flamenquín, las alcachofas…como el marisco, gamba blanca y roja, bolos (una especie de almeja), concha fina o la dorada a la espalda para seis que nos zampamos un día, todo, todo, impecable. No es barato pero tampoco se pasan, vamos que pagas satisfecho. Unas fotillos:
El otro es el Parador Nacional de Gibralfaro, un lugar estupendo para tomar una copa y disfrutar de unas vistas de Málaga fantásticas. Está al lado del castillo del mismo nombre y con una terraza agradable, el problema es el servicio que es bastante malo, tardan en atenderte y el trato es del tipo “¿Qué coño haces aquí molestándome?”. Por desgracia en los paradores españoles esta situación es bastante frecuente pero, por como suelen estar en sitios privilegiados pues vamos de todas formas, eso sí, ya preparados al maltrato.
Muy buena es la vista tan amplia que se ve de la plaza de toros de La Malagueta y, también curioso, suelen verse escuelas de tauromaquia practicando en ella. Para el que no lo sepa es una plaza muy bonita y cuidada, se puede tomar un vino dentro y asomarte al ruedo durante casi todo el año. A los guiris les encanta.
Ya acabo con unas fotillos agradables tomadas este mes en diferentes momentos.
