Para concluir este relato os dejo ahora algunas referencias interesantes de Buenos Aires, esta ciudad tan viva y que, como es evidente, tanto me gusta.
Cafés y restaurantes
Los cafés (confiterías como los llaman allá) forman parte del paisaje de la ciudad, por donde quiera que vayas los hay, más o menos antiguos, más o menos grandes y más o menos bonitos, pero siempre hay uno a mano abierto en el que tomarte un café, unos espaguetis o una copa de helado o de whisky, en su mayoría están atendidos por camareros con solera.
Creo que en los recuerdos de la mayoría de nosotros aparecen algunos cafés semejantes a estos repartidos por casi todas las ciudades españolas, pero por desgracia han desaparecido todos o casi todos y han sido sustituidos por marcas franquiciadas, cafés de diseño o simplemente por McDonald’s o Burguer King ¿Modernidad-paletería europeísta…?
Pues eso, si queréis revivir estos recuerdos iros a Buenos Aires y, además de a cualquiera de los que os encontréis al paso, acercaros a estos que os cuento, porque tienen algo muy especial. Y si no se presenta la oportunidad de viajar siempre nos queda internet, aquí os podéis dar un paseo virtual (pinchando en los nombres) por estos cinco o seis que creo conforman una buena representación de este patrimonio cultural y social bonaerense:
- Café Tortoni
Las violetas
- Café Margot http://www.cafemargot.com.ar/
En este estuvimos una noche pero no hicimos fotos. Al lado de este, en el barrio de Boedo (de lo más castizo que diríamos en Madrid Barrio Boedo) está el Café Alenjo, peculiar donde los haya, con cerca de 20 mesas de billar y poco más, uno de los preferidos de nuestro amigo Kike.
- La Esquina de Homero Manzi con shows de tango buenos.
- La Biela de este creo que ya hablé al principio, es uno de mis preferidos y el que más frecuento.
Una de las cosas que más me gusta cuando estás así de paseíllo turístico y relajado es hacer una parada en uno de estos cafés-confiterías y tomarme un jugo, o licuado, de cualquier tipo de fruta, eso sí, te “jartas” de zumo para todo el día.
Hago un receso para reordenar mi mente. Es difícil estructurar un relato como este pues pretendo contar muchas cosas sin aburrir al personal como creo que lo haría si lo presentase tipo diario. Pero los lugares, experiencias, productos…se entrecruzan, a veces se repiten y al final no sé muy bien en dónde ponerlos, así que he decidido rematar con una especie de cuentecillo tipo “Un día en…” de tres zonas de Buenos Aires que a mí me encantan: Recoleta, Palermo Soho y La Boca. Hay otras dos que son San Telmo y Boedo que también me atraen muchísimo pero las dejaré para el siguiente viaje.
UN DÍA EN RECOLETA
Es el barrio más elegante de la ciudad y, en consecuencia, el más caro, aunque es posible que ahora la modernidad y pijotería de Puerto Madero le hayan superado. Pero por suerte para nosotros los europeos, la ventaja económica del cambio nos permite, de momento, alojarnos aquí. Si conocéis el Barrio de Salamanca en Madrid, se asemeja bastante: tiendas clásicas y elegantes, firmas de primera línea, gente “guapa”…eso sí, mucha vida y mucho verde. La Avenida del Libertador es una auténtica gozada para pasear y, Luisi puede corroborarlo, para correr.
Unas fotos de Puerto Madero para que resaltar el contraste con Recoleta
La plaza de La Recoleta es un placer cualquier día por los cafés y restaurantes y por esos gomeros inmensos repartidos por todos lados, muy turístico sobre todo por las visitas al cementerio, pero mezclado con paseantes porteños que disfrutan de los cafés y del centro comercial Bs.As. Design, mall destinado a la decoración y al estilismo Buenos Aires Design
Ahora bien, para verla en plena ebullición hay que ir el fin de semana, se llena de multitud de puestos de artesanía, artesanía de verdad en cuero, lana, plata, madera, una verdadera maravilla en estos tiempos en que la originalidad brilla por su ausencia y la ola china invade nuestras vidas. Este viaje, con Luisi, Ana y Jany os podéis imaginar que fuimos casi todos lo fines de semana, aunque fuera un ratito y compramos cosas muy chulas. Lo bueno que tiene esta plaza es que además de todos los puestos hay también un montón de espectáculos: parejas bailando tango, titiriteros, músicos, teatros de marionetas, todo lo que quieras para entretenerte tumbado en el pasto (el césped para los del coño norte). Unas fotos para daros envidia.
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¡Ah! os recomiendo una pastelería que a mí me encanta, se llama Confitería Dos Escudos (pinchad si queréis poner los jugos gástricos en movimiento) UN DÍA EN LA BOCA
Esta zona de Buenos Aires, supongo que por estar en la zona portuaria, ha tenido bastante mal cartel sobre todo en lo referente a la seguridad, recuerdo que en nuestra primera visita en el año 1990, sólo conseguimos que un taxista nos diera un paseo por allí sin bajarnos del coche, era una tarde de invierno ya de noche, todo hay que decirlo. Pero bueno, por suerte las cosas han cambiado y ahora tengo la sensación de que, además de por el efecto turismo, algunas bondades del sistema social democrático llegan y mejoran ciertos aspectos de nuestra vida. El caso es que en esta ocasión hemos pateado por La Boca sin problemas, de día eso sí, de noche no tengo ni idea de cómo estará, y te encuentras con una ciudad totalmente distinta a la de Recoleta. Edificación popular con solera y sin ella, más o menos cuidada, con zonas, las más pegadas al puerto, un poco sórdidas, pero como siempre con mucha vida. La parte más divertida es la de Caminito y alrededores, muy enfocada al turismo en el más amplio sentido de la palabra lo que no le quita su encanto. También se encuentran buena artesanía.
Las dos veces que fuimos por aquí comimos en un restaurante italiano estupendo que os recomiendo de verdad, se llama Il Materello, buenísima pasta y variedad de vinos. Os dejo el link de TripAdvisor porque no tienen web Restaurante Il Materello
UN DÍA EN SAN TELMO
A medio camino entre el centro y La Boca está el barrio de San Telmo, si seguimos comparando con Madrid, lo más parecido al Rastro y alrededores. Ambiente algo decadente pero que también está cambiando mucho y para mejor. Hay muchas tiendas de antigüedades y antigüallas, tiendas de ropa, complementos y decoración algo exóticos, vintage o como lo queráis etiquetar, en una palabra bastante batiburrillo entretenido. A mí me gusta mucho pasear por sus calles pues es de lo más distraído, te encuentras tabernas con años de solera, casas muy bonitas y casas feas, en la plaza Dorrego se baila el tango los fines de semana…pasajes o corralas que son mercadillos chamarileros ¿quieres más? pues vete a comer al Federal o a La Brigada. De estos ya os hablé y puse fotos en el primer capítulo así que no voy a repetir.
Por cierto, hay también outlets de calzado y ropa interesantes en San Telmo, pero como hay varias zonas en Buenos Aires al final dejaré una reseña de las más interesantes.
Aunque he hecho referencia al Rastro madrileño quiero advertir que me refería al barrio no al enorme mercadillo de los domingos, aquí sólo en la Plaza Dorrego se instalan los fines de semana puestos de cacharros antiguos y algo de artesanía.
UN DÍA EN PALERMO SOHO
Después de Recoleta este el barrio por el que más me muevo yo cuando viajo y lógicamente esta vez no iba a ser distinto. En realidad lo que se conoce como Palermo es un área muy grande de la ciudad pero, a medida que se han ido asentando las tribus urbanas de los últimos años, se han ido etiquetando diferentes zonas con nombres más o menos caprichosos. En este planito se ve bien esto.
En mis múltiples visitas a Buenos Aires me lo he pateado casi todo pues es un barrio de lo más acogedor, las edificaciones, en su inmensa mayoría, no alcanzan más de dos alturas y, por lo general tienen bastante encanto pues se conservan muchas de principios del XX y anteriores. He de aclarar que estos comentarios se refieren a ciertas zonas del Soho y alrededores pues en un área tan grande y tan cotizada en los últimos tiempos, la fiebre inmobiliaria se ha explayado por aquí como no podía ser de otra manera. Pero bueno, quedémonos con el encanto.
El barrio está muy de moda entra la población bohemia y medio hippy-ecológica, pero claro, dependiendo de los posibles, el panorama varía muchísimo ¡C’est la vie! Te encuentras tiendas de ropa que parecen auténticos museos del diseño, restaurantes minimalistas, vegetarianos, literarios, de cocina de vanguardia, todos rezumando glamour por los cuatro costados. Ahora bien, si te cansas y empalagas de tanta seducción puedes optar por darte una vuelta por los puestecitos de artesanos de la plaza Cortázar, tomarte una picada en cualquiera de sus terrazas viendo simplemente pasear al personal o comerte un menú en el Club EROS que lejos de lo que cualquiera puede imaginar es: “Sí, Club Eros es un club de barrio de los pocos que quedan en Palermo. Tiene una doble función: club con canchas de fútbol y restaurante estilo bodegón. Junta dos cosas que aman los argentinos, fútbol y comida. Apenas entrás al club te topás con la canchita, seguís caminando y llegás a las mesas del restaurante que es muy grande, ocupa toda una esquina.” Reseña ¿Queda claro?
Después de una comida aquí o en cualquiera de los cientos de restaurantes a elegir, nosotros siempre nos tomamos una copilla en alguno de los bares con encanto que también los hay a cientos. Si hace buen tiempo os recomiendo cualquier terraza de la Plaza Cortázar pero si la lluvia (como fue nuestro caso) o el frío atacan podéis disfrutar de un buen gintonic en bares como el de las fotos que se llama Sheldon. Supongo que cualquier porteño te dirá que bares como este tienen más ambiente por la noche y no dudo de que así sea pues, además de tener actuaciones musicales, la gente acude en masa. Pero la noche ya no es lo nuestro, para bien o para mal, nuestros cuerpos serranos disfrutan ahora más y mejor con la luz del día ¿A qué se debe? vaya usted a saber, el cansancio de patear todo el día, los problemas de sueño, la sensación del déjà vu… y todo esto junto ¿cómo se llama? EDAD.
Bueno, dejando la filosofía aparte, os dejo unas fotos de este bar que no es más que una muestra de otros muchos que os podéis encontrar en Palermo Soho.
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Por si lo contado hasta aquí acerca de este barrio de Buenos Aires no os ha sido suficiente o simplemente para entreteneros un poco más, os dejo el link de un blog muy “glamuroso” que hace una descripción bastante exacta Palermo Soho Buenos Aires: entre la bohemia y el glamour
Y unas fotillos más de algunos bares de las zona
Parece que esto se acaba aunque es seguro que se me quedan muchas cosas buenas en el revoltijo de mi memoria, pero bueno, alguna vez hay que dar carpetazo. Termino con unos meros apuntes de cuatro o cinco recomendaciones:
- Los outlets de ropa, calzado, bolsos, ropa deportiva, etc. Hay varias zonas en Buenos Aires y, como todo cambia tan rápido, os recomiendo consultar en internet páginas como ésta Los mejores outlets de Buenos Aires esta página es también muy buena para información de transporte.
- El transporte público, tanto el metro como el bus son muy baratos. El metro tiene un trazado no demasiado práctico para desplazarse por las zonas más interesantes pero el bus llega a todos los sitios, hay un mapa interactivo en internet que te informa muy bien de las líneas que te sirven para ir de un punto a otro. MAPA INTERACTIVO. Una opción buenísima es el taxi pues hay muchísimos, a buen precio y unos taxistas que no tienen nada que ver con los nuestros: educados, simpáticos, honrados (en su mayoría), dispuestos…en fin, muy agradables.
Nosotras en el bus
Nosotras en el metro
¡Ah! se me olvidaba, si tenéis tiempo hay dos barrios curiosos y exóticos que Kike (no podía ser otro) nos enseñó, el barrio chino y el boliviano, aquí os dejo los links para que los echéis un vistazo
BARRIO CHINO
BARRIO BOLIVIANO
Terminamos con un dulce de leche como el que nos zampamos nada más llegar. Espero que lo hayáis disfrutado un poco, porque tanto como nosotros es imposible.
Ni una comida nos cayó mal, nadie se torció un tobillo, ni se constipó…Una gozada que recomiendo a todos.
¡Un momento, un momento! por fin me han llegado unas fotos que, aunque no son muy buenas no puedo dejar de poner.
Son de otra reunión de amigos que hemos repetido cada vez que vamos a Buenos Aires y que, por suerte, esta vez se ha animado más con la presencia de Alejandro (por la parte argentina) y de Ana (por la española). Es en casa de Marcia, otra estupenda amiga que tengo que agradecer a mis trabajos en el aeropuerto.
Las risas han estado siempre garantizadas con ella y Beba su madre en el patio de su casa, pero esta vez ha habido más pues hemos tenido la suerte de que al incorporar a Alejandro a la familia, la cosa gastronómica también ha mejorado bastante (de todos es sabido que a madre e hija lo de la cocina no es su fuerte, je, je )
Alejandro nos cocinó allí mismo, en la terraza, un salteado-chopsuey o como quiera que se llame, de pollo con verduras riquísimo. Doy fe de que Marcia en esta ocasión, en vez de ir a comprar las exquisitas empanadas con las que nos agasajaba antiguamente, ayudó en la cocina a cortar y preparar los ingredientes del guiso.
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Lo dicho que cada vez que voy todo, la ciudad y los amigos mejoran ¿Cómo no voy a volver?
