sábado, marzo 28, 2020

FINDE ESPECIAL EN BILBAO

Ha sido especial por varias cosas, primero por el motivo que era visitar un especial exposición en el Museo de Bellas Artes dedicada al primo Vicente Ameztoy. Segundo por el tiempo maravilloso que nos ha hecho (cosa rara en Bilbao en febrero) y tercero por el alojamiento curioso que hemos tenido.

La idea surgió, además de por la exposición, como regalo de Reyes. En los últimos años la idea de regalar viajes es muy frecuente y funciona bien. Así que para Pepe, Mitzi, Lita y Josema este fue su regalo y Ramón y yo nos apuntamos porque sí.

ALOJAMIENTO

El alojamiento lo busqué yo en Booking en función de nuestras necesidades como siempre, dormitorios, ubicación, etc. Lo que no sabíamos es lo original que era en varios sentidos.
El edificio es un edificio singular y conocido en Bilbao como el edificio del tigre pues eso es lo que lo corona, una escultura gigantesca de un tigre. https://es.wikipedia.org/wiki/Edificio_El_Tigre



La ventana que se ve abierta es de uno de los dormitorios que ocupamos.

Por dentro está comodísimo (con cámara de vinos incluida) todo lo necesario para desayunar, pan, café, leche, tés, etc. de muy buena calidad. Muy confortable y original.




Con todos estos detalles el anfitrión no podía ser uno cualquiera. Nos esperaba en el piso un chicarrón del norte guapo y simpático llamado Javi que nos quiso asesorar e informar de todo. Yo le comenté que había reservado en un restaurante un poco a ciegas y él al ver el barrio en el que estaba ubicado, soltó: "Ahí no hay más que putas y moros", ante nuestra cara de sorpresa por la expresión dice: " No sé vosotros, pero a mí, cunado viajo, no me gusta ver pobres". En fin, un personaje políticamente incorrecto pero muy amable. Tanto que se ofreció a invitarnos a una caña en un restaurante que él consideraba estupendo para ver si allí nos reservaban. Efectivamente, le acompañamos al restaurante La Viña (Henao Kalea, 27) y nos reservó para el sábado en donde comimos maravillosamente, en especial el bacalao a la bilbaina. Espectacular.






Bueno, como podéis imaginar os recomiendo esta referencia si vais a Bilbao, el alojamiento en Booking se llama Luxury Beachcity  (el nombre también tiene lo suyo).

El viernes comimos de pinchos en El Globo y La Viña del Ensanche. En primero una variedad inmensa de pintxos todos riquísimos, en el segundo la especialidad es el jamón de bellota. 

 LA EXPOSICIÓN

Como os decía al principio la idea de este viaje surgió por la exposición antológica de la obra de nuestro primo Vicente Ameztoy. Durante los últimos meses de 2019 se expuso también en el Círculo de Bellas Artes de Madrid pero mucho más reducida.

https://www.museobilbao.com/exposiciones/ameztoy-281  Aquí os dejo una referencia buena de la exposición y del pintor.

El sábado por la mañana quedamos con la prima Mercedes (hermana del pintor) que venía de San Sebastián para acompañarnos en la visita.

Aunque muchas de las obras expuestas ya las conocía encontré muchas nuevas, bonitas y curiosas como siempre. Era un pintor muy original y sesudo además de manejar la técnica maravillosamente. En fin, una delicia.






TIEMPO Y PASEOS

Durante todo el fin de semana nos ha hecho un tiempo fantástico y eso,sumado a que era carnaval, propiciaba un ambiente animadísimo por la calle.

El paseo de la ría que lo teníamos justo debajo de casa estaba lleno de corredores, regatistas entrenando por la ría y mucha gente caminando sin más.

El viernes nos dimos un paseo grande por todo el centro y por el casco viejo que está precioso y animado después de los años horribles que pasó (ETA, kale borroka, extremismo y distanciamiento...)  Descansamos un rato para tomar una copita al lado del Teatro Arriaga que me encanta y terminamos el día compartiendo una cenita estupenda en casa.

El sábado después de comer pudimos hacer la sobremesa en una terraza al aire libre viendo a las cuadrillas disfrazadas de todo tipo de ideas, rockeros, Picapiedras,  hadas...

Cuando el sol se fue la temperatura bajó bastante así que caminamos sin rumbo pero disfrutando con la mezcla de arquitectura bilbaína  que en los últimos años, con la incorporación de edificios modernísimos como la torre Iberdrola del arquitecto Pelli, las torres Isozaki o el Guggenheim y la restauración de los clásicos y señoriales de principios del siglo XX, se ha convertido en algo parecido a un museo al aire libre.

Acabamos visitando la Alhóndiga, un antiguo almacén de vinos convertido en centro socio cultural muy curioso.

Mercedes nos acompañó todo el día y acabamos el paseo cerca de la estación de buses para que ella volviera a su casa. Desde allí, pasando por San Mamés y cruzando el río llegamos a casa a rematar la jornada en torno a la mesa (para variar).

Un finde perfecto.