martes, octubre 04, 2011

UN CORTO VIAJE A CAZORLA

La semana pasada tuve la oportunidad de hacer dos viajecitos cortos pero muy interesantes, el miércoles y jueves fui a Cazorla y el sábado y domingo a Sigüenza. Aquí van algunas cosillas del primero.

La idea surgió hablando con Lita y Sagra del Museo Zabaleta que está en Quesada (un pueblo de la sierra de Cazorla) y en el que se expone una colección que pertenecía a Ángeles Dueñas una amiga de Lita.

La primera parada fue en Úbeda, un pueblo precioso del que no tengo ninguna foto pero que (supongo que muchos ya lo sabéis pues es Patrimonio de la Humanidad) merece una visita a fondo. Como tengo un amigo que es de allí, le llamé para que me recomendara un buen restaurante y nos mandó a “El Seco”, comimos estupendamente y además, cosa ya difícil de encontrar, comida típica buena y a buen precio: andrajos, morcilla en caldera con ochíos, albóndigas con salsa de almendras…todo riquísimo.

http://es.wikipedia.org/wiki/Andrajos 

http://ochios.com/ 

Por la tarde nos dirigimos a Quesada, la vista del pueblo cuando vas llegando es muy bonita y aunque no nos dio tiempo a recorrerlo creo que merecerá la pena en la siguiente excursión que sin duda tendré que hacer más pausadamente. Sólo vimos el museo Zabaleta, sorprende que en un pueblo por ahí perdío se pueda encontrar una colección tan bonita de pintura, la mala suerte es que la sala en la que se expone la colección de Ángeles Dueñas estaba cerrada por un problema con el suelo, otro motivo más para volver. Os pongo aquí unas fotos de la colección para que os dé una idea.

 

 

Desde Quesada nos fuimos a Cazorla con la intención de buscar un sitio para dormir y al llegar al pueblo preguntamos a unos de allí que nos recomendaron alojarnos en algún hotel o casa rural de los alrededores pues pensaban que los hoteles del pueblo no eran bonitos o “con encanto” que era más o menos lo que buscábamos. Nos mandaron a La Iruela un municipio muy cercano en el que hay varios alojamientos agradables (en realidad hay muchos pues este municipio es muy grande y es la entrada principal al Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas). Finalmente nos quedamos en el Hotel & Spa “Sierra de Cazorla”, por desgracia el spa no pudimos disfrutarlo por falta de tiempo pero como el hotel es muy agradable y está claro que la excursión se repetirá, del Centro termal Óleo Salud daré contrastada información, je,je.

No obstante, lo más bonito del hotel y de toda la zona son los mares de olivos que tienes delante de los ojos todo el rato, para que os hagáis una idea esta foto está hecha desde la terraza del hotel

 

 

cazorla 020Esta vista también es desde el hotel.

El jueves por la mañana, después de un desayunito de tostadas con aceites variados de la zona nos dirigimos al Centro de Información e interpretación Torre del Vinagre y allí nos propusieron una caminata no muy larga siguiendo el curso del río Borosa. Durante una hora aproximadamente caminamos por una senda preciosa siempre con el río al lado, debe ser un sitio muy recomendable para los pescadores pues se los veía entretenidos. Del Parque Natural de Cazorla hay muchíííísima información acerca de los millones de sitios a visitar, excursiones de todo tipo, etc. ¡Imposible no volver!

A la vuelta paramos a comer en Cazorla que también tiene su encanto como todo por allí, muy buenas tapas y, curiosamente, mejores las que nos pusieron con las cañas que las pedimos pagando, pero bueno, supongo que esto, como todo, habrá que investigarlo más a fondo.

Para terminar unas últimas fotos de la caminata y de Cazorla.

 

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La tentación está ahí al lado, a trescientos y pico km. de Madrid.

viernes, agosto 26, 2011

SAO MIGUEL–AZORES

Este verano teníamos un presupuesto para las vacaciones un poco más recortado que en años anteriores, así que pensamos en algún lugar exótico y barato. Yo sólo había oído hablas de las Azores a un amigo que tiene un barco y varias veces me comentó que era un sitio muy bonito, pero nunca me habló de ninguna isla ni de ningún lugar en concreto. Ante la idea de viajar allí este verano empezamos a preguntar a gente, a chusmear en internet, pero nada, casi todo el mundo lo confundía con Madeira y no tienen nada que ver.

Para que quien quiera se haga una primera idea de la belleza natural de la isla, os pongo este link que he encontrado a la vuelta del viaje, como es de una asociación ornitológica los textos están dirigidos a un tipo de viaje específico, pero sirve. Un comentario con el que no estoy muy de acuerdo (el que lo hace ha estado en otra época) es el de que se masifica en verano: no hemos visto masas en ningún punto de la isla, ni siquiera en las playas. http://www.asociacion-andalus.org/andalus/index.php?option=com_content&view=article&id=22:viaje-naturalista-a-la-isla-de-san-miguel-azores&catid=13:viajes&Itemid=18

A lo mío. La cosa es que nos lanzamos a organizar el viaje sin referencias de conocidos, sólo con algunos comentarios que encontré en el mundo virtual. La primera duda era decidir en qué isla reservábamos alojamiento y decidimos que nos quedaríamos en Sao Miguel pues es la más grande y, dado que la estancia era de cinco días, no era lógico gastar tiempo en moverte en barco o avión de una isla a otra. Busqué primero alojamiento en alguna casita pero no hay demasiada oferta y las que quedaban estaban un poco aisladas y en ciudades pequeñas, finalmente reservamos un duplex en la capital Ponta Delgada en el paseo marítimo, o sea “en tó er bebe”

Unas fotillos del apartamento incluida la caipiriña a 2€ que nos hacían debajo de casa ¡¡buenííísima!!

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El apartamento, además de ser un duplex estupendo, tenía unas vistas muy entretenidas y bonitas. Estas fotos están hechas desde la terraza.

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La ciudad de Ponta Delgada tiene una parte antigua agradable y con buenos restaurantes como el Nacional (Rua Acoreano Oriental 18/20, Ponta Delgada, Sao Miguel 9500-013, Portugal 00351296629949) hay también una zona en el puerto con muchos locales de comida más internacional (pizzerías, rodizio, shushi, etc).

Un paseo por la ciudad, por el mercado con un puesto impresionante de piñas, varias iglesias bonitas (por fuera pues la cosa religiosa no nos va) y un jardín con árboles impresionantes, el Jardim José do Canto. En medio del jardín hay una mansión que es hotel ( http://www.residencialcasadojardim.com/ ) tiene muy buena pinta y los precios son económicos, un alojamiento bastante curioso y tranquilo. 

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Como habíamos alquilado un coche, cosa fundamental, hicimos cada día una excursión. La capital –Ponta Delgada- está al suroeste y el primer día enfilamos hacia el norte pero siguiendo la costa oeste, la idea era visitar las lagunas verde y azul que se encuentran al lado de Sete Cidades, justo antes de llegar hay uno ó varios (pues la isla está llena) miradores desde los que se ven preciosas las lagunas. De allí nos fuimos a Mosteiros, un pueblecito muy bonito al lado del mar, es la parte más cerrada o más “pureta” de la isla, supongo que es porque no tiene buenas playas, no tiene mucha infraestructura turística pero algo se encuentra para comer e incluso para darte un baño. Depende de la hora y del hambre puede compensar ir a comer a Ribeira Grande que es una ciudad cercana.  El mapa que pongo a continuación no es bueno pero puede servir para orientarse.  Aunque nosotros no lo vimos, he leído que hay una cascada de aguas ferruginosas en Caldeira Velha, muy cerca de Sete Cidades.                                                                                                                                                                                                                       

 

mapa
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El segundo día fue más divertido, salimos hacia el este y nada más pasar Lagoa nos dirigimos hacia el Lago do Fogo, también varios miradores con vistas impresionantes. Pero lo mejor estaba en Furnas, un pueblo que se llama así porque está al lado del Lago das Furnas que es de color amarillento por el azufre del volcán sobre el que se asienta. Lo más curioso de este sitio es que el subsuelo volcánico tiene cierta actividad y se pueden ver fumarolas con agua hirviendo en varios sitos del pueblo. En uno de ellos vimos cocer maíz en el agua y en otro punto pudimos observar los famosos cocidos que se hacen en unos agujeros de cemento que han hecho para ello, tanto los restaurantes del pueblo como particulares llevan su puchero lleno y envuelto en un saco de tela, lo meten en uno de esos agujeros, se cierra el mismo con una tapa de madera y por encima se echa arena, pasadas 5 ó 6 horas el cocido está listo; hay un señor que los cuida y los pone una señal para saber de quién es cada uno. Nosotros reservamos en uno de los restaurantes del pueblo que lo tienen y a mediodía lo comimos con un buen vino ¡Excelente! no lleva garbanzos, sólo carne de cerdo y de vaca, chorizo, morcilla y verduras. Unas fotillos para daros envidia. El restaurante se llama Tony’s,  y a pesar de lo hortera que suena el nombre se come muy bien y barato.

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EN este pueblo también hay una charca de aguas ferruginosas, hay que pagar para bañarse pero tienes vestuarios y duchas. Viene muy bien lo de la ducha por la cosa del óxido.

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Después de comer nos dimos un buen paseo por el pueblo, hay una quinta para visitar con un jardín botánico que debe ser muy bonito, pero como estábamos un poco cansados y no nos apetecía gastarnos pelas pues nos conformamos con otro jardín privado que hay al lado del anterior, este es privado pero nos contaron que en agosto lo abren al público, muy agradable el frescor del verde después del cocido.

 

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El tercer día fue un poco más urbanita: playa y comida en un conocido restaurante.

No hemos conocido muchas, pero por lo que he leído y visto desde el coche, las mejores playas (entendiendo por mejores, las más grandes y accesibles) están en el sur de la isla. Nosotros elegimos una que está bastante cerca de Ponta Delgada, 10/15 km. aproximadamente, que se llama la Praia das Milícias en el municipio de Livramento, es de arena negra y lava volcánica, grandecita y con unos equipamientos estupendos: buen parking, vestuarios vigilados con duchas, ceniceros…vamos, que no te falta de ná.

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Para después del bañito teníamos reservada mesa en un restaurante de Sao Roque, un pueblo situado entre las Livramento y Ponta Delgada, es una marisquería muy famosa que nos recomendaron, se llama Cais 20 ( http://www.lifecooler.com/portugal/restaurantes/RestauranteCais20 ), la recomiendo a quien vaya por allí pues, además de tener un servicio de lo más amable, se come muy bien. Al lado del restaurante hay una de esas piscinas naturales que abundan mucho por la zona. Estas son unas fotos de alguno de los platos que nos zampamos y de la piscina.

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Un plato muy típico por allí es la morcilla con piña, que, aunque suene un poco raro está muy rico. Es simplemente un plato con unos trozos de morcilla frita (riquísima) con unos trozos al lado de piña la fruta estrella de la isla.

El último día empezamos la excursión visitando una laguna preciosa que se llama Lagoa das Fogo, hay varios miradores para verla desde lo alto. Luego seguimos rumbo hacia el norte recorriendo pueblecitos: Ribeira Grande, Porto Formoso, Nordestiño…unas carreterillas sinuosas pero con unos paisajes preciosos, paramos a comer en Lomba da Facenda. Esto es el extremo noreste de la isla y parece que es una zona en la que hay bastante turismo rural pues se encuentran numerosas rutas a pie para practicar el senderismo. Nosotros sólo nos acercamos (en coche) a ver una piscina natural que se llama Ribeira do Guilherme, muy curiosa pues está en una zona de costa abierta, no nos bañamos porque hacía bastante calor y no había ningún resguardo a la sombra.

Las fotos siguientes son una mínima prueba de los paisajes que encontramos en esta excursión. La hortensia está omnipresente en cualquier ruta que se elija, a los lados de las carreteras, en setos marcando lindes, desperdigadas por cualquier pradera o simplemente haciendo compañía a las miles de vacas que pastan a sus anchas entre tantísimo verde.

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Aquí se termina el viaje a las Azores aunque todavía seguimos unos días de vacaciones en Lisboa, hemos tenido una suerte inmensa con el tiempo pues en Azores las temperaturas oscilaban entre 22º y 28º y en Lisboa un poquito más altas pero perfectamente llevaderas en plan turisteo callejero.

¡Si tenéis oportunidad no os lo perdáis, es un viaje de lo más relajante!