jueves, agosto 19, 2021

GALAICO TOUR (Parte II)

 Cruzamos el Miño y estamos en Vilanova de Cerveira, un pueblín pequeño pero muy mono. No sé si será cuna de muchos artistas pero está lleno de esculturas y obras de distinto estilo y uso.






Esto es el Miradouro do Cervo que está sobre un monte de Vilanova y que tiene unas vistas fantásticas de la desembocadura del Miño en el Atlántico. Al fondo España.





En este mismo monte hay un columpio de vértigo.

Curioso.

Desde allí dirigimos nuestros coches hacia Viana do Castelo una ciudad de Portugal que yo ya conocía pero que, como es lógico (han pasado casi 40 años), ha cambiado muchísimo.






Como en todo Portugal se como muy bien a precios buenísimos. Adoro el bacalao y no puedo desaprovechar cualquier ocasión, en este país lo bordan.

De vuelta a La Guardia las nubes estaban así 


Es lo que tiene Galicia, las nubes son omnipresentes.

Amanecemos y nos despedimos de Manoli, ella va para Asturias y nosotros volvemos a la meseta haciendo parada y fonda en un pueblo fronterizo portugués que curiosamente se llama A Guarda.

Con este maldito COVID estos pueblos de interior están bastante muertos pero bueno, el hotel tenía piscina y un buen restaurante. 

Nosotros, que somos poco de hoteles le preguntamos a una guapísima (Ramón se quedó prendado) recepcionista por algún restaurante bueno del pueblo. Nos mandó a una marisquería (cosa rara para la zona que es) y encima se llamaba O Caçador 😲😲😲

Sorpresa, sorpresa, comimos ostras, gamba blanca, bacalao.... todo buenísimo y a muy buen precio. La mejor despedida que nos podía hacer nuestro país hermano.





Llegamos a Toledo al día siguiente con mucho calor pero muy contentos por este viaje tan entretenido.





GALAICO TOUR (Parte I)

 El título de esta entrada coincide con el nombre que le ha dado Ramón al grupo de Splitwise la aplicación que usamos para controlar los gastos en los viajes. Si no la conocéis os la recomiendo, se van introduciendo todos los gastos y quién los ha pagado y ella va repartiendo y compensando. De esa forma, al final del viaje sólo quedan por liquidar pequeñas cantidades. Para que las cantidades no se acumulen y haya demasiados cargos o deudas en una o dos personas, lo que solemos hacer es que cada día uno paga todo (comidas, gasolina, entradas, etc.). 

Bueno, contado así puede parecer un poco lioso, pero de verdad que es una aplicación muy práctica y evita muchas discusiones por olvidos o despistes involuntarios que con la edad van siendo cada vez más frecuentes.

A lo que vamos, este verano se nos ocurrió una rutilla fresquita por Galicia. La idea principal era la Ribera Sacra pero claro, se nos quedaba un poco corta así que añadimos algunos puntos.

Empezamos en Coruña porque Ramón no lo conocía y allí tuvimos la suerte de encontrar un apartamento estupendo con una terraza genial. Os dejo el link y una fotillo


https://www.airbnb.es/rooms/10467637?source_impression_id=p3_1629380861_BoLQ2TRuO7OYNWx8&guests=1&adults=1

Como es lógico yo llegué con mono de pescado y marisco bueno, sobre todo de percebes 😋😋 y confiamos en nuestro amigo Jose (gallego de pura cepa) para que eligiera un restaurante apropiado. Nos llevó a uno que os recomiendo si tenéis gusto por el marisco: Marisquería Ríos (Rio de Quintas 16 El Portazgo. La Coruña, 15009 ) está a las afueras de Coruña en una zona nada bonita, pero comprenderéis que nuestro objetivo no era contemplar el paisaje.




No engaño.


Después de esta estupenda comida, como pintaba lluvioso nos tomamos la copita en nuestra terraza particular que tenía su buena pérgola.

Bueno, en Coruña como pasa siempre en el norte depende mucho del tiempo para moverte más o menos, así que, como estaba indeciso paseamos bien por toda la ciudad comiendo y bebiendo lo mejor que pudimos.



Aquí en el Mesón Arume, un clásico de la parte antigua muy recomendable.
Para cenar en casa encargamos una tortilla de esas gallegas insuperables.


Uno de los días fuimos a Santiago y, para no variar, nos llovió. No obstante el paseo fue muy agradable. Visitamos un museo de la magia (lo había oído yo en Radio Nacional), que está bastante cerca de la catedral. Es una tienda que ha abierto un mago de la zona en la que puedes comprar algunos truquitos para sorprender a los amigos y además pasas un buen rato con las exhibiciones que te hace el propietario. 









Nos despedimos de Coruña para encaminarnos a la zona de la Ribeira Sacra. Habíamos quedado para encontrarnos con Manoli en Monforte de Lemos que es un poco la capital de la zona. allí comimos abundantemente pero no me acuerdo del sitio.

El alojamiento lo teníamos reservado en un pueblín que se llama Ferreira de Pantón, la ubicación fue casual pues se debió a una casa que encontré en Airbnb muy agradable y que cumplía con nuestros requisitos. Luego resultó muy acertada pues está entre los ríos Sil y Miño que son la atracción de la Ribera.
También hubo suerte con esta casa. Muy amplia, cinco habitaciones con baño cada una y la planta baja diáfana con cocina, comedor, salón y un aseo. Por si os interesa.


Primer día de excursión "Sacra": visitamos el parador de Santo Estevo, precioso. Siguiendo el camino nos paramos en el Mirador de Cabezoas y de ahí a Parada de Sil en donde está el Mirador Balcón de Madrid. Los miradores son una experiencia preciosa pues son vistas diferentes a la Ribera y los cañones que forman los ríos. Comimos bastante bien y barato en el restaurante O Curtiñeiro de Parada do Sil. 










Aviso, las carreterinas (algunas) son lo más escueto que se puede imaginar un conductor del siglo XXI.

La siguiente etapa era fluvial desde el embarcadero Do Belesar (creo que los tickets los reservamos por teléfono pero en internet hay mucha información) para recorrer los cañones del Miño. Son embarciones grandes para 20 personas aproximadamente con un guía que te va contando las curiosidades que son muchas.



Una ventaja añadida de la casa que alquilamos es que estaba en la plaza del pueblo y así la cañita la tomábamos en el bar de la plaza. He de decir que era casi como el comedor particular con 3 ò 4 adultos desconocidos y 3 ò 4 niños jugando. Pero bueno, tiene su gracia.

Al día siguiente por la mañana hicimos otra ruta fluvial por los cañones del Sil, esta vez en un catamarán privado, o sea, para nosotros seis solos. También con guía muy simpático. Esta vez desde el embarcadero de Doade. 

Son curiosísimas las historias que te cuentan de los viñedos que se ven en las laderas del cañón, sobre todo lo duro que es trabajar en esas zonas tan empinadas y con tan poco espacio. No me extraña que lo llamen "viticultura heroica" al trabajo que realizan para las famosas bodegas de la Ribera Sacra. Eso sí, el resultado es fantástico, doy fe.








En esta bodega compramos algunas botellitas. Hay muchas por la zona.

No os voy a aburrir con más vídeos pero tengo varios.

Cenita de tortilla (nos hemos jartao) de encargo en un bar del pueblo y a dormir.

Dejamos la Ribera y nos vamos hacia la costa, a La Guardia. Allí nos esperaba una estupenda sorpresa y era la casa tan maravillosa que habíamos alquilado a través de Booking.


 El testimonio:



En esta panorámica no se ve la piscina pero como veis es amplísima y con zona de jardín y garage.



Unas copitas formidables nos hemos tomado en la casa indiana.
Cuatro dormitorios y tres cuartos de baño.

La Guardia no es un pueblo demasiado atractivo pero tiene fama por la cantidad de restaurantes al lado del mar que tiene. Eso sí, se ve que es un pueblo con bastante vidilla.


E incluso Luisi se bañó antes de comer, a mí se me hubiera cortado la digestión del desayuno, je, je.





Interesante subir al Castro de Santa Trega 




y comer en el Restaurante Área Grande en la playa de Fedorento.

Los percebes siempre a mi lado.


Eso sí, te subes al monte para ver el paisaje y ¡Zas! vienen las nubes y no ves ná de ná.



Lo bueno que tiene es que está cerquísima de Portugal.

Como cruzamos la frontera paro aquí este capítulo porque si no va a tardar un montón en cargar esto con tanto vídeo.

Nos vemos al otro lado del Miño.