EXHIBICIÓN EN LA ESCUELA DE MÚSICA DE AWA Y CARMEN

El otro día, con motivo del fin de curso, fuimos a una exhibición en la escuela de música de Vallecas en donde estudian Awa y Carmen. Con las fotos que tomé con el móvil y la grabación de un trozo de la actuación final he compuesto este vídeo.

Me encantó la idea pues participan alumnos de todas las edades e instrumentos, en dúo lo más pequeños y con partituras más cortitas como Carmen con su flauta travesera, o en grupo e interpretando obras más complejas como la que se escucha, que incluye voces estupendas de tres mujeres. En este grupo de cámara Awa tocaba la viola.

Espero que os guste y que captéis la ilusión de toda esta gente con la música.

EDIMBURGO EN EL PUENTE DEL PRIMERO DE MAYO

Aunque en Escocia no es fiesta el 1 de mayo, en Madrid sí y además tenemos el día 2, por eso Luisi y Ramón se pudieron coger este superpuente; para poner la guinda al pastel, de regalo de cumple, que fue el mes pasado, me regalaron el billete de avión.

Empezamos "sufriendo” un poquito en el aeropuerto para que la llegada se recibiera con muchííísimas ganas.

El apartamento era monízimo de la muerte, purito diseño, creo que las moquetas y muebles tan blancos no son lo más práctico en un apartamento de alquiler, de hecho te reciben con unas zapatillas para que te quites los zapatos. Pero bueno, como a nosotros nos ha tocado ir en los primeros meses de uso pues estupendo. Unas fotillos para que os hagáis una idea.

 

Las fotos siguientes están hechas desde uno de los dormitorios.

 

¡¡¡Y bañera de hidromasaje que por supuesto aprovechamos!!!

 

Como el apartamento estaba al lado de los Meadows (un parque estupendo) sólo había que cruzarlo para estar en el centro de la ciudad, y allí estábamos a primera hora de la mañana. Paseíto por Princess St. y por George St. buscando la oficina de cambio de American Express. A la vez, hacíamos tiempo para encontrarnos con Pepote (sobrino que está ahora trabajando y estudiando en Edimburgo), que trabaja en el restaurante de la National Gallery of Scothland. 

Seguimos con nuestro plan de turistas y claro ¿a dónde van todos? a la Royal Mille, muchos restaurantes, pubs y tiendas de falditas escocesas, jerseys, gaitas y todo tipo de souvenirs.

 

Esta tienda tenía cosas muy bonitas pero demasiado caras para nuestro presupuesto.

El World’s End es un restaurante que suele estar lleno porque se come muy bien y barato pero nosotros tuvimos suerte y nos sentamos a la primera, creo que era pronto para el horario de los turistas. Comimos estupendamente, fish & chips (de lujo), haggins, salmón…

Cenita en casa con productos ibéricos para agasajar y darle un gusto al “sufrido emigrante”, je,je.

 

 

Aquí el niño en su curre.

El domingo empezamos el día en un mercadillo de segunda mano Sunday Market, es en un garaje y hay de todo tipo de cosas que uno pueda imaginar, compramos algún guarretillo y cogimos un taxi para ir al Royal Botanic Garden, Paloma nos lo recomendó y la verdad es que tiene un paseo de lo más agradable, eso sí, pasamos bastante frío. El tiempo no se he portado demasiado mal porque casi no ha llovido, pero el frío con su poquito de viento jodía bastante.

 

El árbol rosa estaba forrado con tela.

Después de este paseíto tan sano y consultando varias guías nos dirigimos hacia la zona portuaria, The Shore o Portobello o Leith como se le quiera llamar: ¡¡¡A comer!!!

Comimos en este restaurante que también nos habían recomendado. Estaba lleno de gente metiéndose unos desayunos entre pecho y espalda que no veas: huevos, bacon, black pudding, salchicha…nosotros comimos un pescadito rico, un guiso de carne y un cochinillo estupendo. Nos hizo una foto la camarera pero salió fatal.

Para bajar la comida nos lanzamos al Arthur Seat que es una montaña desde la que se ve toda la ciudad, está al final de la Royal Mille y al lado del Parlamento. Lo intentemos pero el viento era tan fuerte que la subida (considerable) se hacía incomodísima, así que a mitad de camino nos dimos la vuelta, queda pendiente para el próximo viaje. Ramón, como todavía no está recuperado del todo de su contractura, se quedó abajo y nos hizo alguna foto desde lejos.

 

 

Este es el Parlamento, lo diseño el arquitecto español Enric Miralles; a pesar de la polémica por lo carísimo que salió, a mi me gustó, es original y moderno.

Para entrar en calor nos tiramos al whisky escocés que está “mu güeno”. Unas imágenes valen más que mil palabras.

Este pub estaba enfrente del nuestro y estaba decorado como un barco pirata del mismo nombre The Hispaniola.

Jany llegó bastante “animada”

 

 

El lunes hicimos shopping day: en Princess St. Mark & Spencer, Jenners (almacenes antiguos tipo Harrods), H&M, etc. Después a la zona de comercio más tradicional que es la calle Victoria y Grassmarket. En el boulevard de Grassmarket es donde antiguamente ahorcaban a los “malos” y hay un pub The Last Drop cuyo nombre traducido significa Último Trago, parece ser que a los condenados se les ofrecía la posibilidad de tomarse un último trago antes de ser ejecutados, y lo hacían en este bar. Nosotros, como no podía ser de otra manera, nos tomamos allí la penúltima.

 

Como era nuestra última noche en Edimburgo decidimos ir a un sitio elegante a cenar e invitar a Pepe de despedida. Elegimos uno especializado en platos de pescado que nos había recomendado una chica española y que estaba muy cerca del apartamento. Se llamaba Sweet Melindas y en la carta encontramos varios tipos de pescado con nombres “raros” y he de reconocer que bien cocinados, quizás les sobraban algunas especias pero por lo menos no estaban pasados de fuego y secos como es habitual fuera de España. 

 

(las fotos están sacadas de internet porque a nosotros se nos olvidó la cámara)

El martes, aunque era el día de regreso, teníamos tiempo pues el vuelo salía a las siete de la tarde y en el apartamento nos dejaban estar hasta las tres, así que seguimos con nuestro cuerpo de turistas a conocer algún sitio más.

Después del fracaso de Arthur Seat Pepote nos recomendó subir a Calton Hill que era más accesible y también permitía otear la ciudad desde lo alto. Efectivamente la subida era mucho más cómoda y las vistas estupendas, también ayudaba el tiempo que era más agradable.

 

El montículo que se ve al fondo es Arthur Seat.

Se puede ver la ciudad por dos lados diferentes, la parte norte que da al mar, y hacia el sur todo el centro de la ciudad.

De vuelta paseíto por el centro y por Nicholson St. que es una calle muy comercial llena de Charitys, tiendas de segunda mano llevadas por personal voluntario y cuyos fondos se destinan a diferentes causas, cáncer, jubilados, refugios de animales, etc.

A la hora de comer habíamos quedado con Pepe en un restaurante argentino pero estaba cerrado así que nos metimos en uno grande muy bonito que vimos en Nicholson St., tenía un chaflán acristalado que permitía cotillear toda la calle, una idea muy apetecible de despedida. Por suerte la comida era estupenda, moules (mejillones), ensalada Caesar y hamburguesas (un poco pasadas de cocción) con un vinito argentino mu rico.

¡Y para rematar un “minichupito” (o sea, la mieeerrrda de copas que te ponen por esas tierras) de Glenkinchie! un whisky escocés riquísimo.

 

A propósito de whisky en el aeropuerto compramos una botella de otro que habíamos probado en un pub que se llama Dalmore  que, para mi gusto, es el mejor que he probado. Yo no soy demasiado experta pero me gusta.