lunes, junio 24, 2019

NUESTRA EXPERIENCIA ROMANA (Capítulo III: Los Visitantes)

La casa era, como ya he contado, muy bonita y amplísima, lo que nos ha permitido pasar también momentos caseros muy buenos. Las cenas que hemos preparado después de todo el día caminando y viendo cosas bonitas, han sido de lo más agradables con todos los visitantes. Desde tortilla de patatas hasta la estupenda pizza de la Tavernella de Luisa (la subíamos del restaurante para cenar), pasando por la porchetta y los tomatitos romanos. Buen vinito y buenas conversaciones ¿se puede pedir más?

En realidad ha sido como si hubiera ido a Roma cinco veces con gente diferente y viviéndola cada vez de forma distinta. Habrá que repetir esta forma de viajar, je, je.

Empecemos por orden. Llegué a Roma con Ramón y empezaron los paseos.



El día 30 llegó la abuela Mari con sus “polluelas”, Quiti, Awa y Carmen. A pesar de que nos llovió bastante lo pasamos bomba.






Siguiente turno, Luisi, Ana, Mar y Felax.











Una semana a tope recorriendo la ciudad de punta a punta.

Y el domingo aterriza la nueva “hornada” con la turista más joven y movida de la temporada: Oliva. Con ella tuvimos la semana más concurrida, Lita, Josema, Ana, Sagra, Paloma y Punto. Además, aunque viviendo en un apartamento cercano porque ya no había sitio, Pepe y Mitzi.






Ella no se perdió nada.













Se buscó su propio hueco en la cocina.



Los demás, cada uno a nuestro ritmo, seguimos caminando y caminando sin cansarnos de ver belleza y animación.
También llovió algún día pero normalmente quedaban unos días preciosos.









Acaba la semana y llegan Jany, Irene y Carmen. Después de un día de relevo la casa se queda un poco más tranquila, porque se va la “máquina” Oliva y porque nos quedamos sólo cuatro.












Aunque parezca que fuimos de compras en realidad íbamos a mirar porque las tres y cuatro cifras de las etiquetas no nos permitían otra cosa. ¡Ah! Jany tonteó con Clooney.

Como podéis observar por la vestimenta esos días fueron un poco más pesaditos con la lluvia, pero la meteorología no pudo con nosotras.

Y ya, a mediados de la última semana, llegaron las últimas: Concha, Natalia y Rosa. Como ellas ya habían estado en Roma y venían pocos días, su viaje, aparte de la visita a la Galería Borghesse (cuya entrada había comprado yo con bastante antelación), no tenía mayor objetivo que pasear y disfrutar de lo que fuera viniendo. Esto a mi cuerpo, ya un poquito cansado, le vino muy bien porque compaginamos perfectamente. Aperitivos y sobremesas relajadas recorriendo cualquier zona a la que, por un motivo u otro (un restaurante, una iglesia, una tienda…), hubiéramos llegado.










Incluso salí una noche a cenar al Trastevere con paseo nocturno precioso volviendo a casa.



Durante todo el mes había aprovechado tanto el día que al caer la tarde sólo quería llegar a casa a descansar y relajarme con una cenita casera bien acompañada.

1 comentario:

JBL49 dijo...

Este blog sí que puedo verlo, no así los otros dos. Magnífica ciudad esa de Roma, verdad? Nuestro viaje al sur, "gracias" a la huelga del aeropuerto, nos "regaló" un par de días extras en Roma, ya por nuestra cuenta, que aprovechamos muy bien, a pesar de que yo casi no puedo andar, y de lo alejado que teníamos el hotel en el que nos metieron.