viernes, mayo 09, 2014

Escapada a Londres: descubriendo una ciudad.


Había estado en Londres en dos ocasiones anteriores, una en 1975 y otra en 2004 (aproximadamente), dos viajes muy diferentes porque treinta años no son cualquier cosa, pero la ciudad, a pesar de sus grandes cambios, seguía siendo la misma, al menos así lo percibí yo. Me doy cuenta ahora de que en realidad me moví por los mismos sitios, el centro y lo más o menos típico, y sobre todo, en ambas ocasiones iba con el despiste y atolondramiento natural de los turistas.
En esta ocasión ha sido totalmente distinto, al dejarnos guiar por Uli que lleva más de diez años viviendo allí, he descubierto un Londres nuevo para mí, nuevo en cuanto al abanico de posibilidades que una ciudad tan grande, activa y cosmopolita como Londres puede ofrecerte. Si a esto le añado la circunstancia de que la visita ha durado cuatro días y lógicamente sólo nos ha permitido atisbar ese mundo, pienso que las oportunidades son casi infinitas. Eso sí, el clima sigue siendo igual de mierdoso y, por lo menos a mí, ese casi infinito se limita con cierta frecuencia, nada es perfecto.
Como la experiencia ha sido variopinta contaré nuestro viaje en formato diario pues es más cómodo:
Miércoles 30
Llegamos a Heathrow a las 9:30 y nos encontramos con una huelga de metro lo que nos obligaba a coger el tren rápido a 21 libras por cabeza. Si calculamos que el viaje dura 20 minutos el resultado es a libra el minuto ¡Coño con el transporte!
En Paddington nos encontramos con Uli para que nos pasase la llaves de su casa, por suerte en el centro sí funcionaban algunos servicios de metro y con la tarjeta Oyster (lo mejor para moverse por Londres) llegamos a Archway. Suelta maletas, cámbiate de ropa y ¡A rular! Cogimos el bus que nos llevaba directos a Tottenham  Court Road y fuimos tan entretenidos hasta que se empezó a acercar al centro, a partir de ahí la lentitud se hizo desesperante, tanto que nos bajamos. Tengo que reconocer que ese primer contacto me contrarió bastante pues por aquella zona el ambiente era perezoso: turistas a manadas, más manadas de lugareños caminando de una estación de metro a otra porque algunas puertas estaban cerradas y no todas las líneas funcionaban…en fin, pensamos que lo mejor era buscar un pub con terracita y comernos alguna tontería, nada, los más agradables estaban llenos y los que tenían mesas libres, como el italiano en el que nos sentamos, eran los típicos “turista-siéntate-que-te-voy-a-dar-una-mierda-por-un-puñado-de-pounds”. Bueeeno, la cagada del recién aterrizado unida al hambre que para esa hora ya apretaba.
Paseo por Picadilly, Haymarket, Trafalgar Square, para sentir el espíritu turístico londinense. Demasiada gente, un tráfico agobiante y bastantes atléticos ajenos a todo.
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Yo no soy nada futbolera pero sí algo folklórica por lo que la idea del partido y todo lo que conlleva me atraía bastante. Como a Uli le va lo del deporte buscó un pub que tuviera alguna conexión con el Atleti y nos llevó a uno estupendo en Candem Town, lleno de pantallas y con mucho público variado. Cenamos y vimos el partido acompañados de vítores a los dos equipos pero sin ningún rastro de roce, muy amistoso todo. Por cierto, la hamburguesa, la salchicha y el sandwich de bacon buenísimos y todo, incluida la bebida a un precio más que razonable. Aquí os dejo el link para más información PUB ATLÉTICO 
Pub atletico
Agotaítos a dormir.
JUEVES 1
Raining, raining, raining.
Para seguir algunas de las divertidas historias de Enric González (Historias de Londres) me apetecía pasear por las zonas de Kensington, Brompton y Belgravia y aunque el weather no acompañaba nada lo intentamos. Al salir de la estación de South Kensington tomamos un cafetito y un croissant en la estupenda cafetería Paul, una cadena francesa que, para mí, hace los mejores croisants y pain au chocolat del mundo (exagerando, claro). Caminando llegamos a las puertas del Natural History Museum con intención de entrar pero la cola era exagerada así que nos decidimos por el Victoria and Albert Museum, aunque no tienen nada que ver, la cuestión era entretenernos un rato a cobijo de la lluvia. Bueno, pues el resultado fue estupendo ya que es un museo impresionante por la cantidad y variedad de objetos que se exponen, desde joyas hasta forja pasando por vestuario de películas, materiales de uso artístico, pintura, escultura, objetos de diferentes culturas, etc. etc. El enorme edificio da para tanto que llega un momento en que los ojos y la mente se saturan y te agotan, por lo que después de dos horas lo dejamos. Creo que hay que tomarlo en varias dosis.
Al salir parecía que no llovía demasiado y encaminamos nuestros pasos hacia los míticos Harrod’s, el palacio del glamour. De camino, encontramos una tienda preciosa en la que vendían cocinas como estas que imitan el diseño antiguo pero que tienen todas las modernidades, eso sí, baratas no son, la grande valía 36.000 pounds.
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No sé cuál será la razón pero cada día me llama menos toda esa exhibición y ostentación del dinero y su poderío, así que después de recorrer unos preciosos departamentos de complementos de moda, joyas y espacios gourmet, salimos de allí con ganas de pasear por zonas más tranquilas y buscar un sitio agradable y sencillo para comer. ¡Llovía a cántaros! pues nada, descartado el paseo, tocaba deambular un poco por la zona (entre paragüazos y salpicaduras pues estaba llena de gente) en busca de algún bocado apetecible. Después de varios intentos y bastante caminata llegamos a un pub que venía recomendado en una guía (London Villages de Zena Alcayat). El pub en cuestión se llama Shepherds Tavern (de la cadena Taylor Walker), clásico, clásico, pero muy agradable, con ambiente de cervecita (cervezota más bien) a la hora del lunch y los platos típicos de pub: hamburguer, pie and sausage del día, chips…Recomendable. Shepherds Tavern

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Más paseo por entre las lujosas mansiones de Mayfair hasta llegar a la marabunta de Oxford St.
Es curioso, tengo la sensación que desde el mogollón agobiante del día anterior con la huelga de metro, se nos creó un poquito de fobia al barullo y al meneo típico de las zonas comerciales, y digo curioso porque ir a Londres y no querer juntarte con la masa es un poquito contradictorio.
Pues por esa especie de fobia cruzamos rápidamente Oxford St. y nos adentramos en el barrio de Marylebone, me encantó. Unos comercios muy peculiares y más o menos lujosos pero casi todos con personalidad. Paradita para el gintonic en un pub monízimo y desde allí en metro al Royal Alber Hall que habíamos quedado con Uli.
Fotos de este paseo. Las fotos no son muy buenas porque están hechas con mi móvil.
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Mola ¿verdad?
Uli tenía que recoger un libro en la zona de Whitechapel (la de Jack el Destripador) y para allá que nos fuimos. Impresiona un poco al salir del metro pues parece que te han transportado a Islamabad o Karachi, casi que te sientes raro al verte la piel tan blanca. Pues resulta que este barrio está muy de moda entre los bohemios, artistas y gente de “mal vivir” y nos llevó Uli a tomar una cerveza a un pub que estaba hasta la bandera de gente muy animada. Muy exótico y por lo tanto entretenido.
Caminatilla hasta Liverpool Station cotilleando todo, ambiente bastante movido de jueves, supongo que calentando para el fin de semana.
VIERNES 2
El tiempo mejora considerablemente, hace bastante fresquito pero ha dejado de llover.
Nos habían recomendado la excursión en barco desde Greenwich hasta Westminster y hoy tocaba. Metro hasta Greenwich y después de un garbeo por la villa, y la foto con el Cutty Sark , barco de vuelta recorriendo el Támesis con unas curiosas perspectivas de Londres. Confirmado: merece la pena.
A la llegada la masa de turistas era increíble, todos apelotonados en una esquina intentando hacer fotos mezclados con vendedores de souvenirs y corredores que no sé por qué se les ocurre ir por allí. Huida rápida hacia el este para enfilar la ribera del río. Camina, camina hasta llegar a la altura de la City para meternos por la callejuelas llenas de bares y pubs con un montón de curritos comiendo y bebiendo. Entretenido.
Ramón nos invitaba ese día a comer de guay y Uli había reservado en un restaurante recomendado en la guía Zagat que, por cierto, es muy recomendable. El restaurante está en un antiguo edificio municipal que se ha convertido en hotel (qué prácticos son los ingleses) el Town Hall Hotel, por lo que nos contaron antes había un restaurante muy afamado que se llamaba El Viajante que cerró, pero de él ha quedado este pequeño corner en el que se come estupendamente, se llama Corner Room. Echar un vistazo al link pues los platos tienen una pinta buenísima y damos fe de su estupenda calidad http://townhallhotel.com/corner_room/
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Pero casi mejor que la comida fue el paseo por el canal que nos dimos después. De lo más entretenido y placentero. Os dejo el planito del recorrido por si a alguien le apetece seguir nuestro pasos. Desde el restaurante en Patriot Sq. hasta Angel donde se corta el camino a pie por el canal.
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Y aquí unas fotillos de las de Ramón.
Este día batimos el record de kilómetros andando pues debimos rondar los 17. Con las aplicaciones estas de los teléfonos los controlas. Angel, Islington….hasta Archway en donde vive Uli.
Cenita en el pub St. Johns Tavern, muy bonito y una carta sorprendente de cocina local y europea, informal pero riqísima. Muy recomendable aunque el finde estaba petao. http://www.stjohnstavern.com/
Sábado 3
Sunny, sunny, sunny.
Como el destino casi siempre quiere, a medida que se agotan tus días de vacaciones el sol va apareciendo con mayor frecuencia e intensidad. C’est la vie! que dirían los gabachos.
Dejamos a Uli durmiendo y muy de mañanita nos fuimos de ruta turística a Covent Garden, el ambiente era totalmente distinto al del agobiante miércoles. Tranquilo y relajado, con sus músicos callejeros, sus turistas desayunando y los niños correteando por todos lados. Yo me tuve que comprar una chaquetita porque mi optimismo con el sol me había sacado de casa muy ligerita y claro, el sol británico no es como el de Madrid. Prácticamente lo único que he comprado en este viaje.
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Recogimos a Uli en casa y nos llevó a un precioso parque que está al lado de su casa, se llama Hamtstead Park, es enorme y al estar bastante alto tiene unas vistas de la ciudad estupendas.

Desde allí, en autobús, nos dirigimos a Candem Town. Mogollón de gente de lo más varipinta y mogollón de puestos de todo, pero esta vez la situación era agradable porque la mayoría estábamos de relax ¡Qué entretenido!
Para comer nuestro anfitrión nos llevó a un restaurante japonés que es de una cadena pero que se come muy rico, y eso que yo no soy nada seguidora de este tipo de comida, pero supongo que Uli conoce nuestros gustos y sabía que allí encontraríamos algo bueno. Se llama Wagamama http://www.wagamama.com/ y comimos unos arroces y noodles sabrosos y con sabores identificables.
El restaurante está justo enfrente del Holliday Inn de Candem en donde trabaja Gonzalo el hijo de Fafi (gran amigo), y, en plan abuelos vigilando a los jovencitos, quedamos con él para tomar una pinta en todo el mogollón de Candem Market. Además de altísimo está muy contento en Londres, aprovechó para intercambiar el teléfono con Uli ya que la experiencia que le dan sus diez años de londinense le puede servir de ayuda.
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Dejamos a Gonzo que se iba a dormir y nos adentramos en la vorágine del Market: comida de todos los países del mundo, ropa, abalorios, calzado, muebles…interminable, muy bonito y original.
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Un poco saturados de gente y ambiente bullicioso nos pusimos a caminar por el canal hasta salir a Regent’s Park, cervecita en un pub de la zona de Hampstead y vuelta a Candem a coger el bus de vuelta a Archway.
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De despedida una subidita a Highgate y cena en un pub tipo cottage precioso, se llama The Flask  http://theflaskhighgate.com/

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Bueno, colorín colorado este cuento se ha acabado, el domingo por la mañana temprano taxi al aeropuerto y vuelta a Madrid. Espero que os haya entretenido y lo que es mejor, que a alguien le sirva de orientación pues de verdad que merece la pena.
¡Ah! disculpad un poco los fallos de redacción pero es que lo escribo a trozos y además revisando fotos, páginas web y demás zarandajas y me despisto mucho, cuando llego al final tengo ganas de publicarlo y quitármelo de encima y me da pereza revisar el texto a conciencia.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Muy bien Glori!! Me ha gustado mucho tu relato...era como estar alli con vosotros. Un beso fuerte. Palo

Unknown dijo...

joder Gloriti que maravilla de redaccion, me ha parecido estupendo y las fotos too much. Muy entretenido eres una artistaza.Bsos