martes, agosto 04, 2009

Una fiesta de ecovillages

Pasados unos días, remato esta entrada contando un poco lo de la fiesta: XIII meeting nazionale degli Ecovillaggi


Por si a alguien le interesa os pongo un link con la convocatoria, es curioso pues al leerla te haces una idea bastante buena de lo que luego vimos.



Llegamos el viernes por la tarde después de juntarnos con varios amigos de Bárbara que incluían varios niños. Una parte del grupo se había ido antes para instalar la tienda y ayudar en el montaje, asi que nos encontramos con una explanada en medio del bosque en la que ya se veian bastantes tiendas de campaña y un punto de encuentro en el que funcionaba un horno de leña, un fregadero, dos o tres fuegos en donde se cocinaba, y varias mesas en las que preparar toda la comida.











La concentración atrajo a mucha gente de todas las edades, la mayoría hippies italianos que habitan por la zona, pero también te encontrabas alemanes, británicos, españoles, etc. Llamaba la atención la cantidad de niños que se movían por allí.
Jany y yo tuvimos la suerte (el ser mayor tiene sus ventajas) de poder dormir en una casa que estaba muy cerca (Casa Sarti) en la que teníamos cama y ciertas comodidades. Menos mal, porque la tienda de campaña que su grupo había instalado era compartida por quince personas más o menos y lo de dormir estaba complicado.








Esta es la casa en donde nos alojamos.

El ambiente era estupendo, todo el mundo colaboraba en la preparación de las comidas y en las actividades. Además de algunas charlas que se dieron acerca del cuidado y mantenimiento de la naturaleza, se escenificaron cuentos, se bailaron danzas de la zona...unos brasileños bailaron capoeira.

























Mientras preparábamos la comida algunos animaban cantando, os pongo un vídeo que grabé pues había un chico que cantaba francamente bien.





Una cosa que me llamó mucho la atención fue la ceremonia que se montaba en el momento de la comida: una vez hecha, se llevaban las perolas al centro de la explanada, la gente se desplegaba en uno o dos corros concentricos alrededor de ellas y se cantaban unas cancioncillas que yo no entendía, un Ahooommmm profundo que se oía en todo el valle. Al terminar, todo el mundo se queda sentado en corro y algunos repartían tranquilamente la comida, si alguien se impacientaba le mandan a su sitio "no te preocupes, hay para todos".






Bueno, espero que os hayáis hecho una idea de este viaje tan original y entretenido, la verdad, uno de los más curiosos que he hecho en los últimos años.

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