Por último, y ya de vuelta en Berlín, recomendar el transporte público.

Te compras un abono para turistas (los hay para diferentes períodos de tiempo) y utilizas indistintamente el metro y el autobús. Ambos están muy bien señalizados y resulta muy fácil manejarse.

¡Ah! para los fumadores os diré que en Praga no hay ningún problema (por el momento) y en Berlín, en el interior los restaurantes no dejan fumar pero en esta época como hay mucha terraza no resulta demasiado incómodo. En las cervecerías o pubs en los que no sirven comida se puede fumar sin problema, lo cual se agradece a la hora de tomar una copita.

El sábado día 20, el del viaje de vuelta, lo aprovechamos para visitar el palacio y los jardines de Charlottenburg que es una zona enorme (antiguamente era una ciudad independiente). El entorno del palacio es un barrio muy agradable de construcción más pequeña y residencial. Comimos en una Tavern clásica de lo más recomendable por lo buena y barata, se llama Zur Kastanie. La última foto del viaje nos la hicimos allí.

















Un viaje que no os debeis perder. De lo más ameno y relajante.